El mes de Enero sin duda es el único de sus 11 compañeros en el calendario, que nos brinda una nueva oportunidad para analizar y reflexionar el rumbo que deseamos tomen los diferentes ámbitos en nuestras vidas; y para los empresarios, el tema “negocio” es de los más importantes.
Las grandes empresas se toman los últimos meses del año para tener reuniones periódicas con su grupo directivo y reforzar toda su estrategia de negocio. Pero, ¿qué sucede con las pequeñas y medianas empresas? ¿Por qué dejamos el proceso de análisis, estrategia y reestructura a un lado? Si como empresarios parte de nuestros objetivos es mejorar el desempeño de nuestro negocio, vale la pena hacer un ejercicio similar, y tratar de cuestionar y responder lo que realmente nos gustó y no de nuestra empresa.
Empecemos por el 2013.
Cosas que NO me gustan de mi negocio. Si queremos hacer un verdadero ejercicio de reflexión que nos ayude a re-alienar nuestro plan de negocio, lo mejor es empezar siempre por lo gris, por aquello que nos gustaría cambiar, por ejemplo:
- No logré los ingresos esperados de $$$ al cierre del año.
- Mis empleados no están dando su mejor esfuerzo.
- Mi empleado X no ha cumplido con sus metas desde hace varios meses.
- Mi competencia está creciendo.
- Mi solución X no logra engancharse en mi mercado (o viceversa).
- Son muchos los recursos orientados a proyectos internos.
- Mi cliente X me genera mayor estrés que beneficios.
- Las oficinas no van de acuerdo al nivel de ventas de mi negocio.
- Estoy perdiendo dinero en mi producto X.
- etc.
Cosas que SÍ me gustan de mi negocio. Para muchos analistas y consultores de negocio, la mejor manera para encontrar el “core” y valor del mismo, es a través de una serie de cuestionarios y preguntas, pues en la respuesta menos esperada es en donde se encuentra lo que realmente hace al negocio crecer y prosperar. Ejemplo:
- Tengo 3 excelentes empleados.
- Mi producto X ha logrado permanecer en el gusto del consumidor.
- Mi familia ya trabaja en mi negocio.
- Tengo un bonito espacio, oficina o instalaciones.
- Mi negocio tiene mi toque personal.
- Mi negocio ya no depende de mí.
- Mis nuevos clientes siempre son referidos.
- Mis ganancias son mejores que las del año antepasado.
- Mis proveedores son confiables y seguros.
- etc.
No importa qué tan detallada sea la lista, lo importante es ser sinceros con nosotros mismos, pues el siguiente paso será examinar cómo resolver cada uno de los detalles que no nos gustan, identificar sobre cuales tenemos y no control para cambiarlos. Recordemos que para lograr cambios grandes, tenemos que empezar con los pequeños.
¡Gracias por leerme y feliz 2014!