¿Se acuerdan que hace algunos años estaba en auge, o más bien dicho, de moda, el tema de Monterrey, Ciudad del Conocimiento? En aquel entonces, tenía una propuesta de cómo evolucionar a la ciudad de Monterrey, y en varios foros indiqué que no era suficiente mencionar el tema de “Monterrey, Ciudad del Conocimiento”.
Mis reflexiones y propuestas tuvieron eco en ciertas personas, y en un punto en el tiempo, me solicitaron tener una reunión-entrevista con unos investigadores de la Universidad de Texas A&M, para dar mis puntos de vista sobre los avances y los obstáculos que tenía en ese momento la Ciudad del Conocimiento; estoy hablando de mediados de la década pasada.
En la entrevista, uno de los investigadores me hizo una pregunta clave de mi opinión sobre el éxito de la iniciativa, mi respuesta fue “no es viable en la forma en que están viendo cómo se genera o crea el conocimiento o las innovaciones”.
Se cree que porque se construyen edificios y se donan espacios, se tiene todo para lograr la innovación; pero ésta no es sólo infraestructura, el cambio tiene que ser mucho más profundo y de forma integral. Es claro que si no hay infraestructura, no hay espacios para poder montar centros de investigación.
Entonces nació la segunda pregunta, ¿de dónde van a salir, en la primera ola, los investigadores en dominios en los cuales, el día de hoy, no generamos investigación?, ¿de dónde van a salir los líderes que nos van hacer reducir los tiempos de aprendizaje, para crear una ciudad del conocimiento?
Una de las alternativas, fue importarlos de otros países, lo cual no era nada malo o extraño. En Estados Unidos, ésa es una práctica común al día de hoy, y en el pasado, tan sólo basta que recordemos el proyecto Paperclip, que se dio al concluir la segunda guerra mundial.
Continué la entrevista, parecía ser que ya contábamos con espacios físicos e investigadores, para generar innovaciones en temas de nanotecnología y biotecnología, entre otros.
Mi siguiente pregunta fue, como Ciudad ¿qué les vamos a ofrecer a esos investigadores que importamos? Hace 10 años, en la situación actual de ese momento, tenía la imagen de un investigador europeo, canadiense o americano, que contaba con servicios de internet excelentes, y las comunicaciones de la ciudad y los servicios gubernamentales eran accesibles y flexibles; y me imaginaba a uno de esos investigadores, lidiando con los pagos de tenencia y refrendos, contratando agua, teléfono y entrando en esas complejidades burocráticas.
La solución es fácil, me dijeron, les asignamos un servicio de apoyo administrativo. La idea no era mala, pero no debería de existir esa discriminación para el resto de las personas. Sin embargo, mi respuesta fue “está bien, es viable hacer eso”.
Una de las razones para poner centros de investigación en Monterrey, era el ahorrar costos, impulsar la innovación, generar fuentes de empleos y poco a poco posicionar a México en otras ligas. Para mí, este último punto, era el más importante, los otros eran consecuencia de lograr los avances, y del posicionamiento.
Continúo mi relato. Lo de los costos más baratos, les dije, sólo aplica para la renta, porque el resto de los puntos no necesariamente va a salir más económicos; pudiera ser así si el gobierno subsidia, lo cual seguramente se debe de hacer para lograr el impulso en estos temas, de lo contrario, éstas iniciativas mueren. Les comenté que, era altamente probable que no funcionara la iniciativa, ya que no se trataba de un proyecto integral.
Adicionalmente, les compartí otro ejemplo basado en mi Experiencia en Acción. Avancemos en el tiempo y asumamos que se instala una empresa de biotecnología que está diseñando elementos de alto riesgo, y les realicé las siguientes preguntas: ¿esta empresa requiere limpieza en sus instalaciones y necesita seguridad?, la respuesta fue sí. Este tipo de organizaciones, requieren empresas especializadas para que les den el servicio de limpieza, no puede ser el negocio que limpia las oficinas tradicionales; si alguna ocasión en una empresa del autotransporte no encontraron una empresa especializada en la limpieza de los asientos, imagen lo que requiere de especialización una empresa de biotecnología. Además, en temas de seguridad, les indiqué que ese tipo de organizaciones requieren apoyo de proveedores muy especializados en temas de seguridad, tanto física, que incluye instalaciones y personas, como de información, que en Monterrey no hay, y no estaban al menos hasta ese momento, en el mapa.
El innovar es magnífico, pero implica muchos factores, no sólo la innovación por sí sola; se requiere una visión holística, sistémica e integral, que permita considerar todas las aristas. Muchas de las propuestas o iniciativas, como la de Ciudad del Conocimiento, son generadas con un enfoque lineal que se estrella al paso del tiempo por la falta de esa visión sistémica.
Por el momento, aquí detenemos la conversación de innovación como una primera parte. En el siguiente, platicaremos de la innovación desde otra vista. Les agradezco todos sus comentarios y retroalimentaciones, gracias por leerme.
Que tengan una semana llena de la ternura de Dios, y recuerden que hoy es el mejor día de nuestras vidas.