Hablar de liderazgo es un tema que me apasiona en lo personal, al igual que a muchos individuos; dentro de este tema, se funden la filosofía, la cosmovisión, la práctica y la experiencia en acción.
En mi experiencia en acción, estoy convencido de que el liderazgo es situacional, que dependiendo de la circunstancia, decidiré el tipo de liderazgo que debo de utilizar; no puedo decir que siempre o nunca se debe de recurrir a un liderazgo dictatorial, o siempre o nunca a un democrático, porque los “siempres”, “nuncas”, todos y nadie, no existen, son formas para expresar puntos de vista absolutistas que difícilmente se cumplen, aunque ese tema será parte de otro blog en un futuro.
Regresando al tema que he puesto sobre la mesa el día de hoy, el liderazgo, puedo decir en mi experiencia en acción, que el que deja resultados a corto, mediano y sobre todo a largo plazo, es el liderazgo transformacional. Aquel que permite y da la libertad a las personas de expresarse, de innovar, de proponer, de involucrarse, de sentir y realmente progresar.
Si bien el liderazgo transaccional se requiere bajo ciertas circunstancias, es precisado en menor medida, salvo que estés en empleos de alto impacto como pueden ser centros de emergencia o fuerzas militares, entre otros. Y aún en ellos, considero que éste sólo aplica en los momentos explícitos del evento emocionante, en el resto de las situaciones, el liderazgo transformacional pudiera aplicar muy bien.
El liderazgo transformacional dentro de las empresas, permite crear los espacios para lograr el compromiso del empleado, que posibilitan a su vez, el cumplimiento de las metas y objetivos de negocio, así como facilita focalizarse en lo importante y desechar lo urgente.
Atender urgencias, y no ser el departamento de emergencias de un hospital, es perder constantemente en las empresas tiempo, dinero y oportunidades; genera desgastes emocionales en las relaciones y muy pocas veces logra los objetivos, ya que se pierden dentro del bosque buscando sobrevivir. Pero cuando éste es el estilo de gestión, toda la organización está inmersa en ese nivel de conversaciones en el cual nadie toma las riendas para mantener la guía dentro del bosque; esto es muy usual, más de lo que creemos, y se debe a un tipo de liderazgo transaccional y la ausencia del transformacional.
La presencia del liderazgo transaccional en nuestras empresas es más común de lo que uno cree. Esto puede ser considerado como un cáncer para el negocio; como la hipertensión, sigilosamente acabando con la salud de una persona, y cuando ésta se da cuenta, ya es muy tarde. Así se puede considerar que viven en este momento las empresas el liderazgo transaccional.
Si bien hay muchos estilos de liderazgo, y cada líder le pone un sabor diferente, en mi experiencia en acción dirigiendo equipos de trabajo, puedo decir que dos cosas son lo más importante:
- Asignar tareas que motiven y exciten a las personas, como indica la psicología positiva, actividades que pagarían por hacer. Pareciera muy difícil, pero en realidad no es tan complicado, tan sólo se requiere preguntar qué te gusta realizar y qué no te agrada hacer.
- Creer en la persona, hacerle saber que es capaz de realizar las tareas y que confías en ella.
El resto de las cosas vienen por inercia, claro que requieren que te conviertas en un coach y mentor, de acuerdo a las situaciones y nivel de experiencia y conocimientos, pero con la guía adecuada todos van aprendiendo y superando expectativas de todos, sobre todo en un ambiente cordial y lleno de felicidad.
Recordando la frase de un mentor, amigo y guía que fue mi líder por varios años y ha continuado siendo un factor de inspiración, al terminar las reuniones menciona “Let’s get fun“; en lugar de decir vamos a trabajar, es nos vamos a divertir.
Que tengan una excelente semana llena de la ternura de Dios.