Este martes cayó una tormenta en la ciudad, y una vez más resalta la falta de una buena planeación en la ciudad de Monterrey. Se vuelven a inundar las calles generando accidentes, personas mojadas, carros varados, personas heridas, pérdidas y más pérdidas por una simple lluvia.
Casi 24 horas después de la tromba, todavía hay calles con agua encharcada dañando negocios, automóviles y generando pérdidas y más pérdidas de todo tipo: materiales, humanas y económicas, además de mucho tiempo, el recurso no renovable más valioso, y al final el más caro, bajo una perspectiva financiera.
Por otro lado, tenemos obras y más obras que al concluirlas no operan. Les hace falta drenaje, acceso al peatón y buena viabilidad, ya que ésta se complica más que facilitarla. Pareciera que se trata de construir obras por el simple hecho de hacerlas por todos lados.
No tengo conocimiento de que exista algún estudio del dinero que se pierde por la mala planeación urbana en Monterrey y en todo México, pero estoy más que seguro que son montos que nos espantarían; el daño de 7X24 que hacen esas obras, supera por mucho la inversión original. El daño a la economía es significativo, no es un tema menor, aunque muchas personas lo minimizan o no lo ven.
Por ahí existe la frase de que “nunca tenemos tiempo para hacerlo bien a la primera, pero siempre tenemos tiempo para hacerlo dos veces”. Esta frase cae como anillo al dedo a la mayoría de las obras que se realizan a la carrera, con poca o nula planeación. Y de la coordinación ni hablemos, porque los municipios, estado y federación se encuentran cada uno por su lado, por más que digan que sí están coordinados.
El contar con la competencia de una Visión Integral es de gran valor, ya que las personas que la tienen pueden, si no ver todo, sí observar mucho más; un equipo con Visión Integral abarca más puntos y detalles.
Por ejemplo, una obra que pareciera simple, como es la construcción de un puente o paso a desnivel, debería de ver el impacto en el drenaje, iluminación , pasos peatonales, el incremento del flujo sobre la misma arteria porque éste es más fluido, laterales para el tráfico pesado, pendientes para los límites de velocidad, retornos, entre muchos otros puntos que, al menos como un ciudadano que no es experto en desarrollo urbano ni en ingeniería vial, observo que en muchas de las ocasiones no se toman en cuenta o lo hacen cuando ya está el problema encima.
Seguro que a ustedes les ha tocado toparse con un semáforo saliendo de un paso a desnivel, o ir bajando de un paso a desnivel y estar inundado por la falta de drenaje, o ver cómo los peatones brincan obstáculos porque no hay una forma segura de cruzar la avenida.
Esto que comento es muy evidente porque lo vivimos en mayor o menor medida todos los días, al recorrer nuestras avenidas; pero en muchas de las empresas “no cantan mal las rancheras”. Ya tenemos el blog de nuestra amiga Rocío Hernández: ¡Adelante, pase Usted, es un placer servirle!, en el cual nos comparte su experiencia en la compra de una tela, donde la falta de una Visión Integral hace que un negocio pueda perder clientes.
Otro caso muy común, es que los trabajadores no saben en qué beneficia o perjudica su labor porque no existe esa Visión Integral, ni en el trabajador, ni en el líder, ni en el líder del líder, porque ésta es una capacidad esencial que se define desde la cabeza principal, y se va generando a partir de los años y de un proceso de madurez.
Regresando al título del blog, hacer las cosas bien no cuesta más. Con todo lo que acabamos de compartir, se puede decir que el realizar las cosas bien, planeadas, considerando la mayoría de las variables y siendo éstas coordinadas, no cuesta más. No es un tema de presupuesto; pareciera ser que es así, pero si vemos los daños que se generan de forma directa e indirecta, podemos identificar que el dinero no es un factor, que la actitud y determinación de realizar las cosas bien son competencias más escasas que el dinero.
Regresando al ejemplo de las obras, si el gobierno analizara lo que no recauda de impuestos y lo que detiene la economía para “arreglar” los daños colaterales: los carros dañados por las lluvias, los negocios que cierran, las personas que destinan ahorros por gastos imprevistos, con los cuales no pueden completar para comprar un automóvil, una casa, realizar un viaje de vacaciones, o lo que la Seguridad Social destina a heridos innecesarios ocasionados por malas obras, en lugar de a enfermedades crónicas, entre muchos ejemplos, la situación sería muy diferente.
Para cerrar, los invito a que reflexionemos en incrementar nuestra competencia de Visión Integral.
Que tengan una semana llena de la ternura de Dios, y recuerden que hoy es el mejor día de nuestras vidas.
Abrazos y Bendiciones
Muy cierto, generalmente así vivimos… hay que cambiar nuestra cultura, inculcar a los hijos que vean por la sociedad en general, no por los intereses personales solamente y sobretodo tener esa visión. Gracias!
Excelente artículo. Si todos prestáramos atención a lo que hacemos con una visión integral, gozaríamos de innumerables éxitos y evitaríamos lidiar con tantas situaciones difíciles con las que convivimos todos los días.